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sábado, 14 de enero de 2012

Las cosas siempre pueden cambiar.


Sabes esos días cuando todo te parece gris, cuando dices que todo te sale mal, cuando te duele pensar en aquello y sientes que se ha acabado todo. Que te has equivocado, y que el camino acaba. Qué el silencio que hay entre tú y él/ella pronto quedará en nada. Que esa imagen que hay en tu cabeza será la que te haga soñar día a día en esa posibilidad de que vuelva. Párate a respirar, y piénsalo mejor. Piensa en que si un día él/ella ya no está, echarás de menos su caminar, su despertar, su forma de hablar, de saludar, de besar, de abrazar, su mal humor, su pelo, su voz y incluso su olor. Así que haz algo, para que tus días grises se vuelvan azules, rosas, amarillos, rojos, verdes o de todos los colores. Piensa en que si tiene que pasar algo, pasará. Pero quizás tú puedes cambiar el sentido de las cosas, dar un giro de 180º y que todo vaya a mejor. Pero sobretodo, sonríe.

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