Seguidores.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Prefiero estar sola.


Estoy cansada de escribirle a alguién, que si tuviera la oportunidad de leerme, no lo haría de todas formas. En todo este tiempo que no he escrito, han pasado muchas cosas y nada bueno, la verdad. Me ha dado tiempo hasta de cambiar. No soy la misma que empezó este blog, pero espero convertirme en alguién mejor. La verdad esque, he cambiado en muchas cosas. Una de las cosas que hasta yo misma me sorprendo, esque yo antes era bastante social. Intentaba llevarme bien con todo el mundo aunque sabía que eso no era bueno. Ahora, prefiero estar mil veces sola a estar rodeada de gente a la que le importo una mierda y que no le tiene respeto a nada. Cuando estoy rodeada de gente no puedo evitar sentir una espécie de angustia que hace que me margine y que me encierre cada vez más en mí misma. He cambiado mi forma de ser. Intento recibir un poco de todo el cariño que tengo para dar, ya que nadie me lo da. Por fin soy más sincera conmigo misma y con los demás. Digo las cosas en el momento y como las pienso, aunque jodan. Si la gente quiere que le digan las cosas claras, cuando se las digan que se jodan y punto. Empiezo a vertirme como a mí me gusta y no por moda. Simplemente porque estoy cómoda así y me gusta. No tengo miedo a enseñarle a los demás mi tipo de música. Supongo que me he dado cuenta de que por mucho amor que dé, la única persona que se quedará a mi lado pase lo que pase, voy a ser yo. Me he dado cuenta de que si no soy sincera conmigo misma, nadie lo va a ser por mí. ¿De qué sirve mentir? Lo único que consigues, es joderte la vida, y eso es algo que he cambiado. Espero que los que hemos ido con la cabeza baja siempre, algún día podamos llevarla bien alta. Hay detalles que ahora me importan una mierda cuando antes era lo único en lo que me fijaba. Supongo que este cambio se debe a no querer ser como el resto y en no querer formar parte de esta mierda de sociedad que están creando. Nadie sabe lo que quiere. A todos alguna vez nos han dado la patada por otra persona que solo dice lo que esta quiere oír, y así nos va. Cambiando de tema, todas estas noches me hunden. Estoy cansada tanto físicamente, como mentalmente. Estoy feliz por este gran cambio que he echo en mi vida y que sé que me hará ser mejor. Empiezo a tener las cosas claras y no me gusta tener tantas histórias que nunca pasarán en la cabeza. Intento no pensar mucho en lo que puede pasar y me dejo llevar más por lo que pueda pasar en ese momento. Un cambio se hace de dentro hacía fuera y eso es lo que estoy haciendo. En poco tiempo, todo lo de mi alrededor también cambiará. Si el cambio se hace fuera y no dentro, todo el esfuerzo habrá sido inútil. Ahora que tengo las cosas más o menos "amuebladas", puedo expresarme mejor y por lo tanto, pienso escribir más.

miércoles, 18 de julio de 2012

El tiempo se acaba, las oportunidades pasan de largo.




Te quiero. Lo sé, me he dado cuenta muy tarde. Cuando ya no se puede volver atrás y solo queda mi arrepentimiento. Pero a pesar del tiempo perdido, quiero que sepas la verdad. La verdad sobre lo que ocurrió entre los dos. Sí, lo admito, fui una tonta. Tú me lo ofreciste todo y yo no aproveche nada. Tanto que lo único que hice fue rechazarte y te fallé. Tengo mis motivos sobre porque actué como lo hice y aunque solo sean escusas tontas, fueron suficientes como para que me comportara así. Tuve miedo de tantas cosas. Miedo de equivocarme. De no estar a tu altura y no ser suficiente para ti. De quererte, de tenerte. Miedos tal vez algo idiotas, pero ciertos de todos modos. Y aunque aún los sigo teniendo, quedamos como amigos y tú sigues con tu vida. Has encontrado a alguien que te quiere y que tú quieres. La verdad, no me molesta. Si eres feliz con ella ¿quién soy yo para negarme a tu felicidad? Te he perdido y lo acepto. ¿La verdad? No me importa. Sabía que tarde o temprano pasaría. ¿La razón? Sé que vas a volver, como las otras cuatro veces. Y sí, sigo arrepintiéndome de lo que hice, pero ya nada se puede hacer para cambiarlo. No quiero volverlo a intentar. No creo que sea capaz. A veces siento que como amigos estamos mejor aunque el arrepentimiento nunca me abandona. Lo único que me queda es decirte que lo siento y que perdón por todo. Pero a pesar de todo a veces creo que me haces falta, siento que sin ti mi mundo se viene abajo. No quiero tenerte en mi cabeza, quiero tenerte entre mis brazos y verte con mis propio ojos. Pero a veces no puedo ni verte y otras en cambio te quiero a mi lado. Tú mismo me dijiste que me querías y me lo demostraste. Luego para no hacerme daño y que me olvidara de ti, me dijiste que me habías utilizado. Y aunque sabía que no podías hacerlo y que era mentira, me lo creí. ¿Dónde se quedó aquello que sentías por mi? En el fondo, muy en el fondo, no quiero que esto termine en ese día en que viniste a mi casa para despedirte y pasamos una buena noche juntos por última vez. Solo te pido una cosa: para de hacer daño a la gente a la que de verdad le importas. Ya se lo has hecho a muchas. No sigas. No digas las cosas para ilusionar o cambiar, si no porque de verdad lo sientes. Ya sabes que en el fondo, siempre nos quedará París y el pequeño Audi rojo que querías que nos compráramos para llevarme a los sitios. Que grande eras. Ya sabes niño, que quieras o no, los hermanos siempre están juntos.

martes, 17 de julio de 2012

Las cosas no pasan porque sí.




Me hablas y me preguntas si nos podemos ver después. Razones me sobran, pero aunque quiera no sé qué responder. Siempre hay algo más, que a simple vista no se ve. Te asusta la idea de lo que pueda llegar a pasar. Te da miedo hacerte sentir bien conmigo, o que te haga sentir bien. Porque tu querida amiguita puede que te de calor y sexo del bueno. Yo no te doy sexo, yo te hago el amor. ¿Y sabes qué? La diferencia entre ella y yo, es que yo te puedo hacer sonreír con la ropa puesta. Pero siento que algo en mi está cambiando. No se ve, pero lo siento. Continuamente mi mente se debate entre si dar el paso o seguir con el orgullo. Es como una pequeña gran tortura. Todos los días tengo que decidir si hablarte o seguir con mi vida y olvidarte, en mi burbuja de protección. A veces no lo hago por vergüenza, por no parecer una pesada. Otras veces lo hacía y tu a cambio me ponías caras raras o me decías cosas que no venían al caso. Fue cuando me di cuenta que nada de esto tenía sentido. Mañana será otro día. Últimamente se me hacen largos y difíciles. Si hubiera pensado mejor las cosas ahora podría estar perfectamente, pero sobretodo a tu lado. Pero no lo he hecho porque siempre lo dejo todo para el final. Porque me da miedo hacer las cosas y que después no salgan bien. He pensado en esto tantas veces. El otro día te vi y no sentí nada. No me hizo ilusión verte. Puede que por todo lo que nos está pasando. Pero luego me encuentro sola, por la noche rodeada de oscuridad y no puedo evitar pensar en ti, en lo nuestro, en todo. Puedo quedarme toda la noche sin pegar ojo y sé que si me duermo, la cosa seguirá al día siguiente por la mañana temprano. Y me da vergüenza, te lo juro. Me da vergüenza ser así de estúpida y pensar tanto y no hacer nada. Sé que tengo mi parte de culpa en que acabara. Pero el que lo jodió todo fuiste tú. Y aun así después me mentiste y no cumpliste tus promesas, aunque sigues sin hacerlo. Me da vergüenza tener que decirle a la gente que no he sido capaz de hablarte otro día más. Me da vergüenza porque me miran con cara de decepción como diciendo: "La gorda fracasada esta que no hace nada bien en su vida". Pero bueno, tengo que creer que pensaran eso porque realmente no saben por lo que estoy luchando. Supongo que cuando lo consiga se darán cuenta de que todo este desastre tenía algún pésimo sentido. Porque las cosas no suceden porque sí. Alguna vez estaría bien saber el porqué de las cosas. Y tú, siempre llegas cuando estoy a punto de olvidarte.

jueves, 28 de junio de 2012

Borrón y cuenta nueva, es hora de empezar de zero.


Todos tenemos una máscara, todos nos ocultamos y no somos nosotros mismos delante de otras personas, solo para satisfacerlos. Pero llega un punto en el que somos incapaces de quitárnos esa máscara sin arrancárnos nuestra própia piel. No creo que las personas se den cuenta de lo que realmente valen por muchas veces que se lo digas. Ellos seguirán pensando igual y no van a cambiar de opinión por cuatro palabras mal dichas tuyas. Creo que a nadie le importa verdaderamente la opinión de los demás a no ser que sea por algo que nos afecte. Yo sinceramente, prefiero ser yo misma para poder hacer locuras y dejar que la gente opine de mi lo que quiera a estar encerrada en si misma con miedo a todo lo que te rodea por miedo a lo que puedan decir los demás de ti. En mi opinión uno/a se siente mejor y rebosante de felicidad cuando estás a gusto consigo mismo, en cambio cuando no te quieres, a parte de que nadie lo hace por ti, todo te parece una gran mierda. Yo ya he aprendido la lección y sinceramente me la suda infinitamente la opinión de los demás sobre mi. Lo siento, pero no somos perfectos y si no te gusta, ya sabes dónde está la puerta.  También tengo que decir que ya me han hecho bastante daño como para decir que a partir de ahora, seré una jodida puta cabrona rompre corazones, así de claro. También tengo que decir que porque tenga 16 años y tenga tatuajes, piercings, dilataciones y tenga un estilo un poco diferente a los demás no significa que no sea persona. Hoy en día todas las personas de 16 años tienen o tatuajes o piercings o dilataciones. Los que dicen que los besos crean addicción, es porque aún no han probado la tinta. En definitiva, que si quieres que tu vida vaya a mejor, el primer cambio que tienes que hacer, es contigo mismo. Yo ya lo he hecho y la verdad es que me siento bastante bien, además tampoco pierdes nada por intentarlo.

domingo, 29 de abril de 2012

El orgullo de conseguir olvidarte.



Cada momento que pasa siento que te echo más de menos. Solo siento que estás conmigo cuando te veo en fotos y aparece alguna que otra nuestra o vuelvo a leer conversaciones. Ahora te veo conectado y no soy capaz de saludarte. Estamos distantes. Como si alguien nos hubiera tapado los ojos y no pudiéramos ni vernos. Pensamos el uno en el otro, pero en persona es como si no existieramos. No es cuestión de orgullo, si no de volver a olvidar. Yo sé porque pasa eso, y es que seguimos haciéndonos daño mutuamente de nuevo. Cuando te conocí, no llegué a pensar que te necesitaría tanto en mi vida. Después de conocerte y pasar todo lo que hemos pasado lo que nunca llegué a pensar era que en tan poco tiempo ya nada fuera como antes. Antes tenía un poco de esperanza en que volvieras, ahora sé que lo único que hace el tiempo es hacerte olvidar. Todos los días me pregunto cómo han podido pasar tantas cosas en menos de un mes. No sé, yo seguiré intentándolo por el simple hecho de no quedarme de brazos cruzados esperando que pase nada y que tú te vayas con otras. Sí lo siento, soy egoísta. Pero si no querías que lo fuera no tendrías que haberme dicho cosas que luego no tenías pensado cumplir. Haré lo posible porque vuelvas y porque todo sea como antes o incluso mejor. Sé que en el fondo aún me sigues queriendo aunque sea un poco a pesar de que te haya decepcionado varias veces. Aunque no me quieras como antes me gustaría que me lo demostraras un poco, como yo hago contigo. Sé que a pesar de todas las veces que me lo has dicho, no soy tu prototipo de chica perfecta. No la hay. Puedo que yo sea una de las que más defectos tiene y de los grandes. Pero a ti nunca te importó. Siempre me sacabas cosas buenas. Sé que soy como tu hermana pequeña, muy pequeña. Pero la experiéncia te sirve para saber hacer mejor las cosas la próxima vez y esto no es la primera vez que nos pasa, pero tampoco la segunda y habrá una cuarta y puede que hasta incluso una quinta, como siempre. Porque cuando uno de los dos parece que está dispuesto a olvidar, va uno de los dos y vuelve y le jode los planes al otro. Como si estuviéramos que estar así siempre, como si tuviéramos prohibido olvidarnos. Antes era un: “O contigo o sin ti”, pero poco a poco se ha ido convirtiendo en un: “Ni contigo ni sin ti” y así nos va. Y es que será así siempre, como este año, el pasado y el otro. Nos queremos, pero no podemos estar juntos por miedo a hacernos daño y que eso haga enfadarnos el uno con el otro, llevarnos mal y no hablarnos. Y eso no queremos. Queremos llevarnos increíblemente bien como siempre, a pesar de todo y de todas las terceras personas que ha habido de por medio. Pero creo que los dos estamos de acuerdo en que fue increíble mientras duró y que es otra pequeña historia que se suma a todas las otras que ya tenemos. Yo no te olvido, no puedo y tu cada vez me lo pones más difícil. Los dos lo pasamos mal. Nos ponemos celosos a propósito y así nos va, cada vez peor. Pero sé que tarde o temprano volveremos a estar como siempre hemos estado porque como tú me dices: “Después de una gran tormenta siempre llega la gran calma”. Espero que aunque me vaya, sigo siendo importante para ti y para tu vida y que intentes no olvidarme, al menos como amiga. Siento todas las paridas que he hecho y todas las decepciones que he hecho llevarte últimamente, pero la única manera de volver a valorarme es tenerte a mi lado como te he tenido siempre. Guardaré bien tu amuleto como si fuera a ti a quien te llevara siempre conmigo. Hoy hace un mes que me lo diste y con ese momento, la última vez que estuvimos juntos y que hablamos bien. Lo llevo siempre del cuello y eso me da fuerzas y esperanza, de que al menos el día que lo quieras de vuelta, serás tú el que vuelva también. Gracias por demostrarme tanto en mucho y poco tiempo. Sabes que te admiro y que para mí, eres como un ejemplo a seguir. Eres mi hermano mayor y simplemente por eso te he querido, te quiero y te querré aún por mucho tiempo niño.


viernes, 24 de febrero de 2012

Siempre estaré preparada para cumplir mi promesa.



Yo no sé lo que de verdad piensas sobre esto o sobre mí, pero yo por mi parte no quiero otra cosa ahora mismo que no seas tú. No quiero otros besos, ni otros abrazos, no quiero ningún otro mensaje que me dé los buenos días, ni otro número de teléfono que me llame por las noches. ¿Tu sonrisa? Qué decir de ella, la adoro. Es algo que me encanta y que gracias a tu sonrisa, sale la mía. Adoro tus abrazos, tus miradas, tus gestos, tus palabras, tu hablar, tu olor, tu risa, tú. Me encanta que me hagas reír, pero lo que más me gusta es conseguir hacerte reír. Me gusta cuando me miras y sonríes sin ninguna razón. He de decirte que odio según que bromas me haces, pero me gustan cuando veo que no puedes aguantarte la risa al verme la cara de gilipollas que se me queda. Me encanta estar contigo porque se me olvida todo, aunque simplemente hablemos o no hagamos nada. Solo estar en silencio, pero es un silencio cómodo y en ese silencio aparecen miradas que hacen que lo digan todo y por si fuera poco, eso hace que me encantes aún más. No sé el porqué pero me haces feliz aunque no hagas nada. Me encanta cuando vamos cogidos por la calle y te da igual lo que piense la gente. Me encanta cuando me haces enfadar y para que se me pase el cabreo me coges por detrás de la cintura y me susurras al oído: "Va, si ya sabes que te quiero princesa." Sabes que no puedo con esa frase, que haces que se me pase el cabreo y que me den ganas de comerte a besos. Pero me contengo y me sigo haciendo la enfadada, sé que eso te gusta porque sabes que no soy capaz de enfadarme contigo. Bueno, supongo que todo eso que me haces no me gusta porque sí. Creo que me gusta simplemente porque lo haces tú. Sé que un día prometí que te haría feliz y aunque no lo haya conseguido quiero que sepas que, siempre estaré lista para intentarlo de nuevo. Porque sé que no soy perfecta. Pero tu tampoco lo eres a pesar de que para mí si lo seas. Ya sabes que el único defecto que tienes es que crees que no tienen derecho a ser feliz y que por lo tanto, no puedes serlo. Pero nadie es perfecto, ¿sabes? Así que nosotros nunca lo seremos. Pero sé que soy alguien que te he hecho feliz a ratos, que te he hecho reír alguna vez, te he hecho reflexionar y aunque muchas veces he cometido muchos errores, siempre he intentado darte lo mejor de mí. No te voy a intentar cambiar, simplemente porque me gusta tal y como eres. Pero no me intentes cambiar tu tampoco. No quiero hacerte daño, así que no me lo hagas tu también y no esperes de mí más de lo que soy capaz de darte. Puede que no sea lo que estabas buscando ni que cumpla tus expectativas, pero sé que puedo hacerte feliz y esta vez, es de verdad.

domingo, 22 de enero de 2012

Menos callarnos y más decir las verdades que piensas.


En el fondo hay cosas que nunca llegaremos a decir por miedo, por miedo a ser rechazados. En realidad todos somos un poco cobardes cuando se trata de decir verdades a la cara o cuando algo nos importa demasiado. Pero las cosas que nos importan de verdad, són las que se dicen con una simple mirada, con un insignificante gesto, con una pequeña sonrisa. Hasta hay veces que sin tener lo que quieres, te da miedo perderlo. Pero no vale la pena forzar las cosas, todo ocurre/llega cuando menos te lo esperas. Cómo por arte de magia, para bien o para mal. Quizás porque ya lo dabas todo por perdido y cuando llega te sorprende más que si lo llevaras toda una vida esperando. Entonces te das cuenta de que nada dependía de tí. Que también depende de otros, eso le da a la vida un toque de curiosaidad. Porque las cosas no tienen valor por sí solas, serán importantes en la medida en las que tú les des importancia. Pero hay otra cosa a parte, y esque incluso a nosotros mismos tenemos miedo a decirnos las cosas. Por eso en ocasiones ocultamos cosas obvias con pequeñas mentiras hacía los demás, pero lo único que haces es mentirte a tí mismo/a hasta cierto punto en el que incluso hasta tu te cres esa mentira y lo único que consigues de ella es hacerte daño a ti y a los demás. Y entonces, ¿porqué no miramos un poco más por nosotros? Y esque miramos demasiado por los demás o él/ella y nada por nosotros. Vamos a querernos más y a quererle menos. Porque nosotros queremos mucho, pero nos quieren poco. Si él/ella no nos ve, puede que otro/a sí lo haga. Si te pierde, pues mira unas felicitaciones y saludos con la mano y que otro/a te gane. El problema que tenemos es que nunca nos cansamos de esperar algo que sabemos que nunca va a llegar. Y cuando nos damos cuenta de que hemos perdido el tiempo esperando nada, ya és demasiado tarde. Necesitamos descansar un poco, darnos un respiro, tragarnos los sentimientos y pasar de todo. Él/ella habrá tenido muchos meses, años, semanas o días y los ha dejado. Hazte un favor y ya no esperes más.

De vuelta a la bipolaridad.


Te aviso. Soy bastante peligrosa en cuanto al tema este de los sentimientos. Un día puedo hacerte feliz y al siguiente mandarte a la mierda, así de simple. Me he dado muchas ostias en todo este tiempo. Pero he aprendido las reglas de juego, de la vida. Y ahora soy yo la dueña, la dueña de mi vida. Soy la que domina y tú el dominado.Y por primera vez en mi vida me siento genial siéndolo. Porque és fácil y díficil a la vez. Por eso te aviso, que puedo hacer cosas que nunca creerías que alguien fuese capaz de hacer. Pero yo ya no me dejo vencer, ni manipular tan fácilmente por aquellas personas gracias a esas trampas que me lanzaron al vacío alguna vez y a esos golpes que me hacian quitarme las ganas de vivir. Sabes de sobras que consigo casi todo lo que me propongo. Así que, no me digas que no te avisé en algún momento y ahora, quiéreme si tienes tantos huevos pallaso.

martes, 17 de enero de 2012

Eres mi pasatiempo preferido.


No espero de ti la perfección. Eres como eres y punto. Como yo y como cualquiera, un ser humano. Tampoco quiero que no intentes fallarme nunca. Somos personas y todas las personas fallamos algún día, nos equivocamos y hacemos errores. No quiero saber todos tus secretos. Yo tengo y de eso se trata, de secretos. Todas las personas tenemos aunque sea uno, por mucho que digamos que una persona lo conoce todo sobre nosotros. Pero bueno tu eres una persona aparte. Único como todos, pero un tanto especial. No quiero que cubras todas mis necesidades, ni vayas siempre detrás de mí porque tu eres persona y también tienes tus cosas y necesidades, igual que también tienes amigos y familia. Así que igual que antes de conocerme tu hacías tu vida, ahora tienes que seguir haciéndola igual aunque esté yo, porque tienes sueños propios y un futuro. Pero tampoco quiero que cargues tu con el peso de todo, y por eso estoy yo aquí. Para ayudarte y intentar hacértelo todo un poquito más fácil. No dudo de ti ni de tu fuerza en tus decisiones, porque has llegado muy lejos, a pesar de todo y solo, y por eso te admiro tanto. Me admira que seas tan grande por fuera y sin embargo por dentro estés tan vacío. Pero en los buenos momentos llegas a ser inmensamente grande y tú y tus locuras se convierten en mi pasatiempo favorito. Sé que no tienes respuestas para todas las preguntas pero que aún así lo intentas, hay veces que tu también tienes dudas como yo y yo no puedo resolvértelas. Pero acuérdate que soy tu amiga en tus buenos y malos momentos, tu almohada cuando necesites desahogarte, tu apoyo cuando intentes levantarte después de cada caída, tu socia en los sueños de futuro, y más que todo eso si alguna vez lo necesitas. Sólo intento entender el mundo exterior como lo entiendes tú y hacértelo entender como lo entiendo yo. También intento hacerte entender y que recuerdes lo mucho que te he querido, que te quiero y lo que aún me queda por quererte. Eres sin duda, la perfecta imperfección.

sábado, 14 de enero de 2012

Necesito que me mientas.



A veces pienso en tí y me pongo triste. Otras en cambio pienso en ti y me pongo contenta recordando todo lo que me dijiste, lo que hicimos, todo lo que nos prometimos, todas las carícias, los besos y todo lo demás. Soy fácil de complacer, cualquier cosa me hace feliz y me asombra la cantidad de cosas difíciles. Y esque pienso en ti mientras duermo, cuando me levanto y en tí cuando no estás, y en tu recuerdo. Tú y tu maldito recuerdo. Me queda tanto por decir de lo que siento que ya no sé que inventarme. Pero cualquier excusa se esta volviendo buena para abrazarte, para tener una charla de las nuestras o simplemente para abrazarte. Sueño contigo constantemente, pero también me gustaría que aparecieras en carne y hueso justo delante de mí, y que me expliques tus pensamientos, tus sentimientos y tus sueños. Y que en uno de ellos me cojas de la mano y lo convirtamos en nuestro. En nuestro sueño. Pero me pongo nerviosa si me miras. Aún así me gusta cuando estamos juntos y quiero que sigamos siendo amigos, aunque no pueda pasar nada más. Pero ya me gusta así, me está bien. Todo momento me parece bueno si és contigo. Esa sensación que tengo en el estómago, cuando sé que te voy a ver. Ese cosquilleo cuando pienso en ti y con él en un quizás, en un tal vez, o en un ya se verá. Me gustaría pasar el resto de mí vida contigo. En un futuro. Un para siempre. Pero se que no podrá ser. Me gusta protegerte y darlo todo por ti. Esto sería tan perfecto si estuvieras aquí. Quiero ver tus ojos, ver lo que me cuentan. Contigo aprendí a que las sonrisas sinceras no se fuerzan, salen de la nada simplemente. Te daría mi vida si la aceptaras, puede que un futuro porque como siempre me dices niño, la estoy utilizando. No me queda otra que arriesgarlo todo y luchar si esto se queda en un nada. Lo único que me gustaría que pasara és que me quisieras tanto como te quiero yo a ti, y punto. Me gustaría que algún día pudiéramos estar juntos, como en el pasado. No quiero que esto termine así, no quiero que esto se quede en nada. Porque busco el día en el que te des cuenta que te necesito, que no te olvido. Necesito que me sigas diciendo que me quieres aunque sepa que no puedes hacerlo. Aunque sepa que és mentira que quieres a otra. Pero soy egoísta y quiero que estés conmigo. Sé que no me quieres, que ya no. Que lo nuestro fue cosa del pasado y que queda en eso, pasado. Pero miénteme, me da igual.

D:

¡Dios mío! Que desastre, no sé qué ha pasado, pero se me han borrado todos los comentarios, ¡uff! Joder, menuda mierda.

Volver a la infancia y soñar.


Llevo toda mi vida creyendo en el amor, al igual que todo el mundo. Creyendo en que algún día encontraríamos a nuestro/a príncipe azul/princesa, a nuestra media naranja, a nuestra alma gemela. Pero llega un día en el que te caes de la cama las suficientes veces como para dejar de soñar y darte cuenta de que los príncipes/princesas sólo existen en los cuentos de hadas. Que en la vida real no todo és tan bonito cómo te lo pintan. Qué todos hemos querido mucho, pero nos han querido poco. Yo creo que nuestra prioridad no tendría que ser él/ella, sino nosotros. Un yo. Porque él/ella llegará un día en el que se vaya y puede que no te haya valorado. Pero tu eres tú y por supuesto, siempre vas a estar contigo. Y que si no te valoras tú, no lo va a hacer nadie ni tampoco vendrá nadie a ayudarte a que lo hagas. Que nosotros hamámos. Sí, con h. Porque es un error. Són errores, uno más de todos los que hacemos a lo largo de nuestra vida. Y los errores hay que corregirlos. Que la misma voz apagada, sin esperanzas que antes me decía que sí, que había alguna posibilidad. Ahora no para de gritarme que no.

Sorprende a la gente.


Cómo ya dije, soy bipolar. A veces voy, y a veces vengo. Igual te asesino con la mirada, qué con otras te lo digo todo. Te puedo querer y al rato odiarte. Tengo miedo a algunas cosas, quizás demasiadas. En cambio a algunas de las que debería, nada. Si estás a mi lado lo doy todo por ti. Pero si estás en mi contra, te hundo. Soy de esas que se esconde cuando llora por miedo a que la vean. La rabia y la venganza me salen por los poros, pero la sensibilidad y la inocencia también. Sonrío, por que se que és lo que jode. Al fin y al cabo a veces tienes que ser un poco borde, porque tu dirás que eres bueno/a con la gente, pero para ellos eres un tonto/a más. Por eso de vez en cuando hay que morder a alguien, para recordar a los demás que tu también tienes dientes.

Las cosas siempre pueden cambiar.


Sabes esos días cuando todo te parece gris, cuando dices que todo te sale mal, cuando te duele pensar en aquello y sientes que se ha acabado todo. Que te has equivocado, y que el camino acaba. Qué el silencio que hay entre tú y él/ella pronto quedará en nada. Que esa imagen que hay en tu cabeza será la que te haga soñar día a día en esa posibilidad de que vuelva. Párate a respirar, y piénsalo mejor. Piensa en que si un día él/ella ya no está, echarás de menos su caminar, su despertar, su forma de hablar, de saludar, de besar, de abrazar, su mal humor, su pelo, su voz y incluso su olor. Así que haz algo, para que tus días grises se vuelvan azules, rosas, amarillos, rojos, verdes o de todos los colores. Piensa en que si tiene que pasar algo, pasará. Pero quizás tú puedes cambiar el sentido de las cosas, dar un giro de 180º y que todo vaya a mejor. Pero sobretodo, sonríe.

Hay que saber pasar página.


Tenemos que aprender a pasar página y a seguir cada uno por un camino diferente. Tenemos que aprender a volver a comenzar, sin él/ella y con la cabeza bien alta. La cosas terminan, y hay que aceptarlo. Hay que aceptar que ya no está y que así es mejor. Vuelve a sonreír, vuelve a hacer todo como antes. Se que cuesta, que no és fácil. Y puede que a veces encuentres un enorme vacío, pero tienes que intentar llenarlo, tienes que intentarlo al menos. Tenemos que aprender a dejar de pronunciar su nombre sólo para recordar lo bien que sonaba. Tenemos que olvidar, cambiar y madurar un poco. Te quiero, y el amor suele ser para siempre. Pero ese tiempo se esfum y sólo queda dejar el pasado atrás y caminar hacía delante. Era siempre, y ese siempre duró lo que tenía que durar. Da igual las fechas, da igual el tiempo y la distancia. Mi siempre és y será de verdad. No te olvidaré nunca, lo prometo.

viernes, 13 de enero de 2012

Fingiendo no saber lo que sabemos.


Últimamente hacemos como que no pasa nada. Como si todo este tiempo con tiras y aflojas no nos importan, hacemos como que no nos importamos. Nos conformamos con vernos dos veces a la semana cuando a mí no me importaría pasarme los días enteros contigo. Te va eso de querernos un ratito y después, olvidarnos. Y queriendo y sin querer, nos hacemos daño. Tú me haces daño y yo a veces, sólo intento hacerte sentir un poquito celoso. Pero estás empeñado en que lo mejor es que cada uno vaya por su lado, cuando en el fondo sabes que no tendría que ser así. Que tú no eres sólo tú sin un yo. Que somos tú y yo. Pero no lo ves, o no quieres verlo. Fingimos que no sentimos nada el uno por el otro, y así nos va. Quedando sin que nadie se entere, hablando mucho a escondidas y tal. Pero cuando estás con gente, finges no conocerme o simplemente pasas. Pero creo que eres bastante mayorcito para saber lo que tienes que hacer y con quién. Pero me consuela saber que en la vida todo sucede por algún motivo, quizás porque en el futuro quizás como en el pasado, nos espera algo. Pero también sigo pensando en que alguna vez sería agradable conocer el motivo de las cosas.

lunes, 9 de enero de 2012

No és culpa de nadie.


Te ha dejado. Sí, de la noche a la mañana las cosas han cambiado. De repente, ya no és el/la mismo/a contigo y tú pues simplemente, no lo entiendes. No comprendes qué és lo que ha pasado y que has hecho mal, en qué has fallado. Y entonces és cuando empiezas a pensar que toda la culpa és suya. Pero él/ella no puede saber lo que tu piensas, y por supuesto tu orgullo vale más. Y nunca quieres dejarle ver todo lo que sufres, la cantidad de veces que lloras por él/ella, la cantidad de veces que pronuncias su nombre en la oscuridad de la noche, sentado/a en tu cama de piernas cruzadas con la cabeza entre las rodillas y deseando que vuelva. La cantidad de veces que intentas recordar el sonido de su voz.Y deseas más que nunca que por arte de mágia, aparezca a tu lado. Eso és lo que más te duele. No poder recordar su voz, no poder recordar cómo eran sus caricias, cómo eran sus besos, sus miradas, esos momentos en general. No paran de venirte toda clase de sentimientos y pensamientos que ni siquiera sabías que tenías o que podías llegar a pensar algún día. Entonces te prometes a ti mismo/a, no volver a pensar en él/ella. Y eso és lo único que pasa. Luego no vuelves a saber nada más de él/ella ni de su vida. El tiempo hace lo suyo, como siempre me han dicho. Y cuando dejas de buscar esa respuesta, la encuentras: “¿Qué fue lo que hice mal?”.  Y esa pregunta está en nuestras cabezas durante días, semanas, meses o incluso años. Esperando una respuesta, quitándote el sueño, ahogándote hasta dejarte sin respiración. Pero la respuesta és tan simple, que eres incapaz de verla y cuando por fin la ves, te ríes incluso de lo absurda que és. Hasta ese momento en el que todo cobra sentido. Así como tu lo has dejado de querer, él/ella ha hecho lo mismo. Sólo que un poco antes, antes de que todo esto tuviera un final para ti. No és ni tu culpa, ni la suya. Simplemente, te ha dejado de querer.

domingo, 8 de enero de 2012

Las personas somos así.


Todos cometemos muchos errores. Lloramos por gente que no merece la pena y nos reímos con gente que llamámos amigos pero que en realidad no lo són. Nos hemos dado la ostia del siglo dos veces con el mismo muro y tropezado varias veces con la misma piedra. Pero llega un punto en el que aprendes a esquivarlas y si alguna vez vuelves a tropezar o lo disimulas más bién o bién consigues levantarte más rápido. Pero siempre hay alguién que se empeña en que todo te salga mal y cuando parece que todo va bién te empuja y vuelves a caer de nuevo siempre como las veces anteriores, sólo que esta vez, no sabes porqué te molesta un poco más que las otras, quizás porque pensabas que ivas por el buen camino. Perdonamos mucho, demasiado y callamos cosas que aveces és mejor no callarse, como te quieros que por miedo a ser rechazados o por inseguridad se quedan por mucho tiempo en nuestras cabezas y luego quedan en el aire. Algunas veces nos hemos despertado con ganas de comernos el mundo y luego nos damos cuenta que el mundo és quién nos come a nosotros. Muchas veces tienes ganas de gritar con fuerza, pero la voz no te sale,  y callas verdades porque piensas que es mejor ahorárle un poco de daño a la gente. Hay días que duermes con la esperanza de que aparezca en tus sueños y días en los que no puedes dormir por no dejar de pensar en él/ella. Abrazas a personas que piensas que nunca te van a hacer daño y luego un poco tarde te das cuenta que esa persona no se merece ni el roce de tu piel, ni tus palabras, ni siquiera tus miradas. Muchas veces tenemos la sensación de volar más alto que las nubes hasta llegar a un lugar que sólo está en tu imaginación. Hemos cantado en la ducha hasta que nuestra garganta ya no podía más y luego nos dábamos cuenta de que el vecino nos ha escuchado.  Hay días en los que te sientes alegre y otros en los que no siquiera eres capaz de mirarte al espejo. Descubrimos que el paraíso puede encontrarse en el simple roce de una piel suave, que las caricias son más fuertes que los golpes y que los besos pueden hacerte volar. Disfrutamos de los pequeños detalles de la vida y poco a poco aprendemos en que consiste ella. Y el secreto, el verdadero secreto de todo está en no arrepentirse de nada.

Te quiero y punto, no hay más.


Sí, te quiero. ¿Y porque? Pues mira, és simple. Pero aver cómo te lo digo. És difícil, porque a pesar de todo lo que nos ha pasado te quiero y no poco. Quizás porque quererte me hace sentir bien. Porque no me importa lo que digan de ti, ni lo que digan a mis espaldas y tampoco me importa lo que digan de nosotros. Y seguiré queriéndote, no siempre pero puede que por mucho tiempo y también sé que si algún día dejo de hacerlo todas las noches antes de irme a dormir pensaré en ti porque llegaste a mi vida el día adecuado, en el momento justo. También porque volvería a elegirte una y mil veces. También porque si tuviera la oportunidad de volver a nacer, volvería para conocerte. Porque nadie me ha hecho sentir tan fuerte. Te quiero porque no puedo enfadarme contigo. Te quiero porque me dan celos cuando te veo reír con otra persona y pienso que yo también quiero hacerte reír. Te quiero porque simplemente existes y me alegro de mi existéncia por el simple hecho de conocerte y tenerte. Te quiero porque aunque parezca mentira lo paso mal por ti. Pero sobretodo sé que te quiero, te he querido y te querré cada día más.

lunes, 2 de enero de 2012

Lo más simple, és lo que está lleno de vida.


La felicidad és algo que se esconde en las cosas más pequeñas y simples. Pero no és cuestión de conformarse con lo más senzillo, sino de darle valor a esas cosas que forman parte de la vida cotidiana, las que se convierte en habituales y en ocasiones en cosas secundarias. Como el café de la mañana, un fin de semana de viaje con tu pareja, preparar una cena en família, salir con los amigos o sorprender a tu madre con un regalo. Cosas simples a las que les damos más valor de lo que realmente valen hasta el punto de llegar a convertirse en algo especial. Y sin darnos cuenta caémos en que esas cosas tan simples eran las que realmente llenaban nuestras vidas.

Esas oportunidades que te da la vida.


Hay gente que no se escucha a sí misma, que no se valora. Esos són los que realmente mueren sin saber que és vivir. Los que se callan y tienen miedo a hablar porque les asusta lo qué le digan. Los que por algún motivo, tienen miedo a la felicidad. Los que se comportan siempre de la misma forma pensando que no se puede hacer nada diferente. Los que piensan que querer a alguién un poco más de lo normal és como si fuera una tortura infinita. Los que nunca quieren hacer ningún error ni pequeñas locuras por miedo a mostrar sus defectos, por miedo a que se rían de ellos, por miedo a reírse de sí mismos, de los demás o de los efectos de ambos. És como morir por no saber pedir ayuda cuando sabes que realmente la necesitas. Yo era de esas personas, hasta que aprendí la lección. Cada día és una nueva oportunidad para empezar de nuevo. No importa el pasado, no importa lo que pasó ayer, ni lo que pasó el año pasado. Cada día és un regalo. Al despertar piensa, en una página en blanco y un boli. Sólo tienes que decidir que quieres escribir en ella, lo bueno y lo malo está claro. Lo bueno de esto és que, si haces faltas de ortografía se pueden borrar y volver a hacer. Entonces podremos hacer que nuestra vida sea un libro que valga la pena leer.